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Contención espiritual: El meme de moda (Pr. Bruno Flores)
Muchos conocen al meme de moda. Estos simpáticos bailarines inundaron las redes aludiendo a alguna situación peligrosa donde el personaje del video puede perder la vida en un acto sonso, accidental o imposible de escapar. Suele ir acompañado de música electrónica para darle más “gracia” a la escena.
La historia real se refiere a hombres que celebran y bailan literalmente junto al fallecido. Cargan sobre sus hombros el ataúd que lleva al difunto. Son contratados por los familiares, gastando todos sus ahorros en una gran fiesta donde el llanto y la melancolía no son permitidos.
¡Que lección! Muchos estando vivos sienten que están muertos; son jóvenes, pero renunciaron a sus sueños, principios e incluso a Dios. Otros están vivos y celebran la vida, viviendo cada día como si fuese el último para honrar al Creador.
La muerte es una actitud. Porque muchos van al sepulcro estando muertos hace años. Otros van a la tumba habiendo vivido hasta el último momento. Supieron contentarse con lo mucho o con lo poco que la vida les permitió vivir. El apóstol Pablo dijo: “No lo digo porque tenga escasez, pues he aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación. Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad. Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”. (Filipenses 4:11-13).
No se trata únicamente de vivencias placenteras o felices. Se trata de los lentes con los que miramos la vida, la actitud con la que te acercás a Jesús, la confianza que le tengas y el cambio de visión que le permitas que te haga experimentar.
También pienso que, si el apóstol Pablo viviera, y supiéramos que estuviera por morir, sin dudas veríamos este meme y lo recibiría en su celular. Pero estando en su último momento escribió a los filipenses “¡Gozaos en el Señor siempre otra vez les digo gozaos!" (Fil. 4:4).
Con todo respeto, creo que Pablo sería el que estaría dentro y habría pagado para que esos muchachos lo zarandearan un poco. Su gozo sería cumplido: sabía que pronto habría de resucitar y ver a su Maestro cara a cara. (1Tesalonicenses 4:13-16). Sabía que los problemas de hoy no lo definirían para siempre porque Jesús cambiaría su realidad por toda la eternidad.